Mi nombre es Christian Lanza y soy miembro del equipo Santo Domingo. Tengo 16 años y aunque actualmente estudio en el IES Galileo Galilei mi vida escolar ha tenido siempre como sede el Colegio Santo Domingo.
Aún al recordar el momento en el que se me habló de la FLL no puedo dejar de pensar en la magnitud de la experiencia a la que se me estaba invitando a participar y mi ignorancia en aquel momento de todo aquello que habría de venir en los meses posteriores. Una actividad más, una aventura como otra cualquiera, algo extraño y lejano… eso fue lo que los primeros días pensé sobre la FLL. Sin embargo, es magnífico echar la vista atrás e ir visualizando cómo día tras día, semana tras semana, entrenamiento tras entrenamiento, mi perspectiva iba cambiando progresivamente. Un proceso que creo que todos sentimos en nuestro primer año.
Todo ello se puso de manifiesto aquella histórica mañana del 23 de Enero de 2011. No se puede negar la tensión que sufrimos, pero tampoco los fríos nervios de acero que demostramos todos nosotros durante la competición. El equipo Santo Domingo se había convertido en el vencedor de su tierra, Asturias, y no sólo eso, sino lo más importante: nos habíamos convertido en personas renovadas tanto intelectual como humanamente; eso fue lo que de verdad importó.
Ahora, la experiencia y algún que otro cambio en la estructura del grupo son los cambios más notorios a la hora de enfrentarnos a este nuevo reto; pero sin embargo, el resto se mantiene igual: la ilusión, el trabajo, el sacrificio, la unión, la fuerza… todo ello se mantiene, e incluso se podría decir que aumenta con cada entrenamiento, con cada cuestión que aprendemos en esta maravillosa aventura llamada First Lego League.
Un saludo a todos los participantes y mis más sinceros deseos de suerte para todos ellos. ¡Un saludo!
Este chico es un pedante a pesar de sus fríos nervios de acero. Históricas son las juergas que se corre y notorio el resultado.
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